Diary Of A Perverse

Woody Allen

Y, mis padres por fin se dan cuenta que he sido secuestrado y se ponen en acción rápidamente: alquilan mi habitación.

domingo, 11 de diciembre de 2011

"¿No me vas a llamar: Yonekuni?"






¡Oh... por... Dios! Mi primer fanfic yaoi CON LEMMON... :O!!! Aaaah osea que emoción encontrar por fin la categoría de Sex Pistols :) ¬¬ que por cierto estaba como Love Pistols debi haber empezado a buscarlo así, en fin... soy la primera también en subir un fanfic en la sección de español. Así que pido su apoyo dejandome reviews :) espero les guste... http://www.fanfiction.net/s/7629637/1/

sábado, 3 de diciembre de 2011

Las diez cosas que odio de ti...

N/A: Es un escrito basado en el poema de las diez cosas que odio de ti... o al menos eso trate. Ya saben, mis protagonistas son: Juliette, Romeo y otros personajes.  Bueno, aquí vamos...






"Si tuviera que elegir entre tú y un pastel de chocolate... elegiría al pastel de chocolate"

Odio como me hablas
Y tú forma de conducir.

—Me gustaría ser heladero... para lamerte sin parar.

—Y a mí, me gustaría ser vendedora de pastillas de menta... para que ya no te apeste el hocico. —dijo Juliette muy enojada, haciendole una seña obscena a uno de los chicos de su barrio. Cruzó la calle, cuando se asustó al ver un carro frenar casi arrollándola. Lo bueno que fue un "casi".

—Fijate por dónde vas, bomboncito...

— ¡Tú fijate como conduces, imbécil! —gritó Juliette, molesta. Era definitivo, le diría a Romeo que se cambiara de casa.

Odio tu corte de cabello
Y lo que llegue a sentir.

—¡Juliette-senpai!—gritó un gordito medio chistoso, corriendo hasta la chica que caminaba molesta por los malditos "piropos" que le habían dicho hace un rato.

— ¿Chouji? —reconoció enseguida la voz de su fiel amigo, y se detuvó volteándolo a ver. Grande fue su sorpresa al ver a Chouji, con una pequeña tira de cabello dividiendo su calva. Sintió pena, pero al mismo tiempo quería reír; pero se tenía que contener o su amigo se sentiría mal.

— ¿Vas a ver a Romeo? —preguntó el gordito, obteniendo una respuesta positiva por parte de ella. En realidad, sólo había asentido con la cabeza... no quería que notará su necesidad por reír.

» ¿Le puedes dar esto? Dijo que era la última moda en Paris...» dijo Chouji, dandole una revista de los cortes más horribles que podrían existir. No sabía si enojarse con Romeo por darle esa revista o golpear a su amigo por creerle a ese idiota.

Odio tus espantosas botas
Y que me conozcas bien.

—Chouji... ¿y las botas son para? —preguntó, mirando las botas piteadas que cargaba su amigo. ¡Por Dios! ¡No podía ni caminar!

—Es que en la revista dice... que no hay nada mejor que unas botas para lucir tu corte.—dijo ésto, pasándo su mano por el poco cabello que tenía.

Te odio hasta vomitar
Que bien va a rimar

—¿No te gusta?—preguntó Chouji, al ver la cara de malestar estómacal en su amiga.

—Hmm... see...—dijo Juliette con bastante desánimo.—Aunque... me gustaba más tu antigüo estilo... el estilo de Chouji. —acabando de decir ésto, le sonrió y se despidió para seguir con su camino; dejando algo sonrojado a su fiel amigo.

Odio que sepas pensar
Y que me hagas reír.

—¡Juliette!—Juliette se detuvo de nuevo, y miró al principe azul de Cenicienta aparecer.

—Dime...

—Vas a la casa de Romeo, supongo... ¿no?

—Sí.

—¿Y esa revista? ¿No me digas que cortarás tu cabello de esa forma?—preguntó, sorprendido.

—Ja, ja, ja... ¡No, para nada! Es de Romeo, me lo entregó Chouji... se lo llevaré.—dijo Juliette, riéndose un poco.

Odio que me hagas sufrir
Y odio que me hagas llorar.

—¿Por qué preguntaste si iba a la casa de Romeo?—preguntó Juliette, dejándo de reír.

—Bueno... es que... él ahorita no está, acabo de llamar a su casa y su madre me lo ha dicho.

—¿Qué? ¿Enserio?

—Sí...aunque me parece muy sospechoso.—dijo el principe azul, mirándola de reojo. Juliette lo miró, arqueó una ceja y se apegó la revista que llevaba a su pecho.

—¿A qué te refieres? —preguntó Juliette, incrédula.

—Lo llamé dos veces, la primera vez... me contestó... Bella. Realmente no sé que hacía ahí, pero...

Juliette miró al príncipe azul, y sintió ganas de llorar.

» Pero, no creo que sea nada malo. Bueno, ya me voy...» dijo el príncipe, echándose a correr.

Odio tanto estar sola
Que no hayas llamado aun,

Juliette sacó su celular, era extraño no tenía ninguna llamada, ningún mensaje de él. Intentó marcarle, pero... ¿y si era Bella quien le contestaba? ¡No! ¡No podría con aquel dolor tan grande! El libro de los fabulosos cortes del siglo 1465 cayó a sus pies. Se sentía tan sola en ese momento.

Pero más odio que no te pueda odiar
Aunque estés tan loco,

—No puedo...—dijo Juliette, sentándose en el suelo. Se abrazó a sí misma y comenzó a llorar; recordando lo que le había dicho aquel idiota que tenía como novio... todavía.

—Te amo...—le susurró a su oído, dejándose llevar por aquel aroma femenino que destilaba el cuerpo de su novia.

Ni siquiera un poco
Lo he de intentar.

—¿Juliette? ¿Qué haces aquí?—escuchó la voz de Romeo, y sintió su cuerpo estremecerse. No quería verlo, ni siquiera quería oírlo pero... debía admitir que muy en el fondo de ella  eso era mentira.

—Yo... sólo me cansé y descansar un poco.—dijo Juliette, limpiándose sus ojos. Antes de que se diera cuenta de que estaba llorando, aunque sabía que eso era demasiado.

—Hmm... ¿quién te hizo llorar? Y no me vengas con estúpideces de "no estaba llorando" o "se me metió una basurita en el ojo". Habla...

—Nadie...

—¿Llamaste a mí casa?—Romeo la miró, cruzándose de brazos—¿Te contestó Bella? ¿Mi mamá te dijo que no estaba? E incluso... ¿te encontraste con el idiota sapo azul de Cenicienta?—preguntó Romeo, serio. Juliette lo miró sorprendida y desvió su mirada hacia el suelo.

—Termina conmigo...—dijo Juliette a Romeo, mirándolo con los ojos llorosos.

—Primero que nada, no estaba en mi casa porque fui a comprar...—dijo, mostrándole una bolsa de pan—, no me llevé mi celular. Bella estaba en mi casa porque mi madre la invitó a hacer pastelillos... y ya te he dicho que no te acerques a él. Me repugna el hecho de que te mienta y que te intente tocar, así que no te quiero ver pláticando con él. Y con respecto a lo de terminar contigo, lo he hecho muchas veces... pero... ahorita estamos en público. —dijo Romeo, quedándo a la altura de Juliette empezándo a besarle el cuello.

—Es...es...espera...

—Te amo...—dijo Romeo, sonriendo ayudándole a pararse. Juliette sonrió, la próxima vez tenía que esperar a que le diera una razonable explicación, y... hablando de explicaciones...

— ¿Por qué le diste este libro a Chouji?


Momentos de inspiración.
Autora: Perfect Hell (Juliette Perverse)
Fecha: 03/12/11