Diary Of A Perverse

Woody Allen

Y, mis padres por fin se dan cuenta que he sido secuestrado y se ponen en acción rápidamente: alquilan mi habitación.

viernes, 14 de enero de 2011

Reunión


¡Siempre preguntá primero a quién van ir a visitar!
—No. —por enésima vez me negué, por enésima vez volví a golpear la mesa y por enésima vez sentí ganas de golpearlo.
—Ya te lo dije, no quiero que te quedes sola.
—Entonces, no te vayas. —dije con un puchero en mi rostro. Él me observó por unos cuantos segundos, tal vez minutos… se acercó y tomó mis manos, yo las desaparté, siempre hacía lo mismo cuando me iba a decir alguna sus lógicas o “razonables” explicaciones.
—Juliette…
—Nada. —Le puse el dedo en su boca—Olvídalo, vete si te vas a ir.
Me paré y me fui enojada a mi habitación. Cerré con un gran portazo que estoy segura que se movió la lámpara colgante que teníamos.
Tonto, idiota y desconsiderado. Sí, eso era.
—Lo odio. —dije y me abracé a mí misma. Escuché la carreta llegar y vi por la ventana como subían los empleados sus maletas, sentí mis ojos humedecerse y los limpié antes de que las lágrimas se salieran de estos.
Escuché unos suaves golpes en la puerta. No contesté.
—Juliette, ya me voy.
Seguí sin contestar. El suspiro de él llegó hasta mis oídos, un sonido de llaves rompió el silencio que se había formado. Corrí hacia la puerta, pero fue demasiado tarde… Romeo ya había abierto.
—Ya deja de comportarte como una niña.
Yo me volteé dándole la espalda, me cruce de brazos y fruncí el ceño.
—Déjame en paz, Romeo.
—No.
—Ya vete.
—No, hasta que me escuches.
—No quiero escucharte. —dije y me acosté en la cama. Sentí como se acostó al lado mío y empezó a acariciar mi espalda, subiendo hasta mi cuello–mi punto débil–sentí desfallecer al sentir como pasaba su lengua por éste.
— ¿Quieres, ir, conmigo? —dijo en suaves jadeos.
—Sí…—susurré. Volteándome y besándolo como si mi vida dependiera de ello.
Pasó la hora de sexo desenfrenado y yo iba de lo más contenta en la carroza con mi Romeo a mi lado.
Mi madre se sentirá feliz de verte de nuevo. —me dijo mirándome de reojo.
— (O.O) Tu, tu… ¿madre? —tartamudeé un poco y vi a él formar una sonrisa torcida. ¿Por qué demonios no le había preguntado a que “reunión importante” iba a ir? Ahora sí, estaba perdida.

Momentos de inspiración.
Autora: Perfect Hell (Juliette Perverse)
Fecha: 14/01/11

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